viernes, 11 de noviembre de 2011

La Desconfianza



Aun sabiendo que este blog trata sobre los diferentes tipos y usos de la confianza, hay que tener en cuenta que esta tiene un gran enemigo para su correcto desarrollo. Este enemigo es su concepto contrario, la desconfianza. En este articulo nos centraremos en hablar sobre el por qué de su existencia y como nos afecta.

La desconfianza provoca que pensemos mal de las personas. Esta percepción puede ser imaginaria o tener una base real, es decir, puede ser nuestro carácter que nos lleve a desconfiar de la gente o por el contrario que algún hecho nos lleve a esta percepción de una persona. Esto provoca conflictos en las relaciones sociales y personales, ya que aunque sea normal tener un poco de desconfianza, cuando esta se vuelve enfermiza puede contribuir a una sensación de aislamiento e infelicidad.

Con este hecho no hay que entender que lo bueno e ideal no es ser excesivamente confiado, sino llegar al equilibrio entre un extremo y el otro.

También hay que remarcar que la confianza es un sentimiento que cuesta mucho de adquirir, ya que lleva un largo proceso el hecho de confiar en una persona.
En cambio solo un acto de esta persona, una sensación puede llevar al nacimiento de la desconfianza. Así pues la confianza en principio es difícil de adquirir y la desconfianza por el contrario es muy rápido, y puede costar mucho recuperar la confianza en alguien que nos decepciono.

En conclusión, hay una línea muy fina que separa la confianza de la desconfianza.
La desconfianza puede acarrear consecuencias negativas, ya que una persona desconfiada es una persona difícil, en muchos casos tímida que representa un muro con el que nos encontramos al intentar establecer una comunicación o relación social.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Confianza y amistad


Las personas tenemos la necesidad de tener amigos con los cuales comunicarnos y poder confiarles nuestros temores, dudas, pedirles consejos, explicarles lo bien o mal que nos ha ido el día, que estén presentes y compartan los momentos más importantes y felices o en los momentos malos y así ellos darnos el apoyo y la confianza que necesitamos para quitarle importancia a las cosas malas y disfrutar de todo lo bueno que tenemos. 

Esa necesidad de transmitir todo lo que nos pasa se puede traducir a que posiblemente tengamos una falta de confianza y a través de ellos esa confianza aumenta y nos sentimos mejor, ya que cuando nos enfadamos con ellos o nos traicionan sentimos como si nos faltase un trocito de nosotros, porque a los verdaderos amigos los llegamos a apreciar y sentir como si fuese alguien de nuestra familia. 

Al ser tan importantes para nosotros, hacerles participes de todos nuestros momentos nos dan la confianza y seguridad que necesitamos. Normalmente podemos llegar a pensar que los amigos no pueden ayudar a solucionar cualquier cosa que nos pase, ya que siempre cuando tenemos dudas, queremos un consejo, o que nos den una aprobación les preguntamos ¿QUÉ HAGO?, ¿TÚ QUE HARIAS EN MI LUGAR? ¿CREES QUE SI HAGO ESTO ME SALDRÁ BIEN?, esas preguntas nos las podríamos contestar nosotros mismos pero una segunda opinión siempre nos da más confianza para hacer lo que nos propongamos. 

lunes, 7 de noviembre de 2011

Cómo generar confianza en los demás

Mirar a los ojos constantemente
Mirar a los ojos da mucha seguridad, hay muchísima gente que desconfía de quién no le mire los ojos. Mirando a los ojos de la otra persona constantemente (pero sin agobiar) estaremos dando a entender que lo que nos cuenta la otra persona es muy interesante y le provocaremos una fuerte emoción interna de sentirse valorado y de que sepa o crea que lo que nos está contando es muy interesante.
Breve toque en el hombro como signo de apoyo emocional.
Cuando recibes a alguien es importante recibirlos con un breve toque en el hombro. Esto significa respeto y hace sentir a la otra persona valorada. Es tan sencillo como eso.
Asentir constantemente
Asentir es un signo de: “si, te estoy escuchando”. Hace sentir a las personas que se las escucha, que son valoradas y queridas, produce el mismo efecto que mirar a los ojos y se debe combinar: “mirar a los ojos y asentir constantemente” para que la otra persona sienta que la escuchamos de verdad.
Animar con la verdad
Cuando alguien te cuente una pena o algo que le ha pasado malo, lo que tienes que hacer es animarlo, pero no falsamente con: “¡eres el mejor del mundo!”. Tienes que hacerlo de forma que te salga de dentro, da igual si es verdad o no, lo que importa es que te salga de dentro y que tus palabras te sean sinceras. Busca siempre el lado positivo de las cosas que te cuenten y harás a la persona mucho más feliz. Al hacer esto, la persona se está sintiendo bien estando a tu lado y racionalizará que estar contigo es igual a estar bien. Y estar bien con alguien significa confianza.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Otra manera de aprender


Hoy en día las nuevas tecnologías están integradas en todos los aspectos que nos rodean. En concreto queremos hablaros de un recurso muy innovador que pretende dar un giro a la educación tal y como la conocemos, este recurso se llama pizarra digital interactiva (PDI).
La PDI es una pantalla que se conecta a un ordenador y a un proyector. Esta nueva herramienta esta diseñada para facilitar la realización de una sesión y hacerla más dinámica. Con este tipo de herramienta se pueden procesar textos, mirar imágenes, diseñar actividades, consultar Internet…pero lo más impactante es que puedes trabajar de manera simultánea con diferentes programas.
Con este tipo de tecnología lo que se quiere es captar la atención de los alumnos  y hacerles ver que hay muchas maneras de adquirir el aprendizaje y que no tiene porque ser la palabra  aprendizaje un sinónimo de aburrimiento.  
Por último, hay que puntualizar que las PDI no son una metodología de trabajo sino un recurso que se debe utilizarse de manera adecuada ya que si se realiza un abuso puede que sea contraproducente.
Nos gustaría que nos dierais vuestra opinión sobre la incorporación de las tecnologías dentro de las aulas. Que beneficios y que inconvenientes encontráis.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Enfrentarse a los mitos sobre la confianza

Mito nº 1: No te fíes nunca de quien no conoces.
En Realidad: Confiar en lo que dicen de ellos mismos es la única forma de conocerles.
Mito nº 2: Pero puedo conseguir información sobre esta persona. 
En realidad: Tendrás de todos modos que fiarte de tus fuentes de información.
Mito nº 3: Confiar en otro depende de si el otro es digno de confianza.  
En realidad: Depende también de tu propia propensión en confiar.
Mito nº 4: Cuanto más conoces a una persona, más fácil es confiar en ella.
En realidad: Conocer bien al otro es, muchas veces, la razón por la que no confías en el. Sin embargo, es más fácil decidir si confiar o no cuando conoces al otro.
Mito nº 5: Puesto que no puedo conocer verdadera-mente a las personas, haré como que me fío de ellas (y a ver qué pasa). 
En realidad: Un “como que” no basta para movilizar a la persona. Puede que uno actúe porque no tiene más remedio; pero eso no es confiar. Tampoco lo es “dar el beneficio de la duda” si se le da a cualquiera.
Mito nº 6: Si no puedo confiar en el otro, le pondré controles. 
En realidad: Al menos que le puedas controlar tú mismo, tendrás que confiar en quien controla al otro. Has creado un problema de confianza de segundo grado.
Mito nº 7: Confiar es predecir. 
En realidad: Confiar es una acción fundada en un juicio. Por tanto, se puede atribuir cuando no se debería7 o no atribuirse cuando se debería. Y, de hecho, muchas veces pasa así: confiamos y luego nos defraudan, y también pasa que después de dejar pasar la oportunidad de confiar, descubrimos que la persona sí era digna de confianza.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Cómo ayudar a los más pequeños a tener confianza en sí mismos


Se necesita tener confianza en sí mismo para ser un niño, ya que de pequeños se enfrentan a muchos retos. Para llegar a conseguir este objetivo, los padres tienen un papel fundamental.
 
Uno de los puntos principales es que los niños no desarrollan confianza en sí mismo sólo porque sus padres les digan que son geniales, sino gracias a los reconocimientos de sus logros, ya sean pequeños o grandes.
Por ejemplo, cuando los niños alcanzan un logro, ya sea cepillarse sus dientes o montar en bicicleta, tienen una imagen de sí mismos como personas hábiles y capaces, por la cual cosa comienzan a tener una idea de “"¡Yo puedo hacerlo!”. Es en este momento  donde los padres pueden ayudar a los niños facilitándoles oportunidades para practicar y perfeccionar sus habilidades, permitiendo que cometan errores y animándoles para que sigan intentándolo.
Uno de los consejos para los padres es que respondan con interés y entusiasmo cuando los niños demuestren una nueva habilidad, por ejemplo premiándolos con halagos cuando alcancen una nueva meta o hagan un esfuerzo.
A base de oportunidades, preparación y mucha paciencia por parte de los padres, los niños pueden llegar a dominar habilidades como amarrar los cordones de los zapatos o arreglar la cama. El objetivo final de todo esto es que cuando aparezcan otros retos importantes, los niños puedan enfrentarse a ellos con gran seguridad, la cual ya habrán obtenido con gran éxito en otras áreas.

Cuento sobre la autoestima y la confianza. “La extraña pajarería”

Allí pudo ver cientos de huevos agrupados en pequeñas jaulas, cuidadosamente conservados. El señor Pajarian llegó hasta un grupito en el que los huevecillos comenzaban a moverse; no tardaron en abrirse, y de cada uno de ellos surgió un precioso ruiseñor. 

Fue algo emocionante, Nico estaba como hechizado, pero entonces oyó la voz del señor Pajarian. Hablaba con cierto enfado y desprecio, y lo hacía dirigiéndose a los recién nacidos: "¡Ay, miserables pollos cantores... ni siquiera volar sabéis, menos mal que algo cantaréis aquí en la tienda!"- Repitió lo mismo muchas veces. Y al terminar, tomó los ruiseñores y los introdujo en una jaula estrecha y alargada, en la que sólo podían moverse hacia adelante.
A continuación, sacó un grupito de petirrojos de una de sus jaulas alargadas. Los petirrojos, más creciditos, estaban en edad de echar a volar, y en cuanto se vieron libres, se pusieron a intentarlo. Sin embargo, el señor Pajarian había colocado un cristal suspendido a pocos centímetros de sus cabecitas, y todos los que pretendían volar se golpeaban en la cabeza y caían sobre la mesa. "¿Veis los que os dije?" -repetía- " sólo sois unos pobres pollos que no pueden volar. Mejor será que os dediquéis a cantar"...

El mismo trato se repitió de jaula en jaula, de pajarito en pajarito, hasta llegar a los mayores. El pajarero ni siquiera tuvo que hablarles: en su mirada triste y su andar torpe se notaba que estaban convencidos de no ser más que pollos cantores. Nico dejó escapar una lagrimita pensando en todas las veces que había disfrutado visitando la pajarería. Y se quedó allí escondido, esperando que el señor Pajarian se marchara.
Esa noche, Nico no dejó de animar a los pajaritos. “¡Claro que podéis volar! ¡Sois pájaros! ¡Y sois estupendos! “, decía una y otra vez. Pero sólo recibió miradas tristes y resignadas, y algún que otro bello canto.

Nico no se dio por vencido, y la noche siguiente, y muchas otras más, volvió a esconderse para animar el espíritu de aquellos pobre pajarillos. Les hablaba, les cantaba, les silbaba, y les enseñaba innumerables libros y dibujos de pájaros voladores "¡Ánimo, pequeños, seguro que podéis! ¡Nunca habéis sido pollos torpes!", seguía diciendo. 
Finalmente, mirando una de aquellas láminas, un pequeño canario se convenció de que él no podía ser un pollo. Y tras unos pocos intentos, consiguió levantar el vuelo... ¡Aquella misma noche, cientos de pájaros se animaron a volar por vez primera! Y a la mañana siguiente, la tienda se convirtió en un caos de plumas y cantos alegres que duró tan sólo unos minutos: los que tardaron los pajarillos en escapar de allí.
 
Cuentan que después de aquello, a menudo podía verse a Nico rodeado de pájaros, y que sus agradecidos amiguitos nunca dejaron de acudir a animarle con sus alegres cantos cada vez que el niño se sintió triste o desgraciado.